lunes, 9 de julio de 2012

Mi camino personal

Una necesidad de estar sola y de disfrutar del Camino de Santiago a mi aire, me ha llevado de nuevo a Roncesvalles.
Todo es como siempre, pero distinto.
Como distinta soy yo.
Y distinto es el Camino.
Un primer día lluvioso de caminar sola, pensativa, integrada con el paisaje y con la música. Una delicia de paisajes. Siempre hay algo mágico en esa lluvia que trasmite tanta serenidad.













Y después,  los peregrinos. Ellos hacen que el Camino sea verdadero.

Un matrimonio de San Diego, California.


Una familia de Momtpelier, adorables niños ciclistas y padres encantadores que compartieron conmigo charlas y saludos afectuosos.

Unas alegres amigas de Barcelona, trabajadoras de una fabrica de chicles. Algo que a mi me hizo mucha gracia.

 Y muchas mas personas que vas viendo, con las que cruzas miradas y saludos pero que no llegas a conocer.
Gente curiosa, con algo especial que engancha.
Y luego, mi otro Yo, el intimo y personal, el que solo aparece en la soledad. El que te hace sonreír o llorar de emoción. Ese Yo que tengo que cultivar para poder ser cada día mejor persona. Quizás no es necesario ir tan lejos para encontrarme, pero si es necesaria la magia del Camino. Esa magia que solo las personas que han estado allí pueden entender.
Y me callo lo que pienso de la comercialización voraz que amenazada seriamente el espíritu peregrino, que eso merece una denuncia publica. Pero será en otra ocasión. No me van a estropear estos pocos dias de paz.


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