lunes, 28 de junio de 2010

Barranco del Umbria, Gudar, 26 Junio 2010

Se trataba de la última ruta de la temporada (snif, snif) y acudimos a la cita de Rocacoscolla con pocas expectativas: era difícil superar en espectacularidad a la ruta de la semana anterior.

Pero íbamos equivocados. José Manuel estaba dispuesto a poner un broche de oro con la última ruta. Nada mas llegar a la zona de Gúdar, Teruel, nos esperaba una “previa”: visitar la Fuente Narices, un arco natural y una cascada en un pequeño barranco que encontramos cerca de la carretera. Como siempre pasa en estas visitas, la espectacularidad del lugar da pie a recrearse con las fotos y la conversación. Y el reloj corría. Al volver a los coches, apenas unos Km más adelante, nos volvimos a parar en otra “previa”. Pero antes había que reponer las fuerzas que aún no habíamos gastado…jejeje. Después nos adentramos en otro pequeño riachuelo que nos llevó al paraje de Los Chorros, otra cascada y otra sesión de fotos.
Al fin llegamos a Gúdar y después de gestionar que iríamos mas tarde a la comida, empezamos la verdadera ruta…¡¡a las 11.30!! Está claro que no tenemos remedio, pero el ambiente era tan relajado y feliz que a nadie parecía impórtale que el sol estuviera en todo lo alto. Después de un rato por la pista, nos desviamos hacia nuestro objetivo: el Barranco de las Umbrias. Nada más entrar en el sendero el cambio fue increíble. Todo estaba tan verde con unos prados llenos de flores y un frescor y un relax digno de un cuento. Fuimos bajando hasta llegar al riachuelo que llevaba agua cristalina y una serie de pozas que alegraban la vista. Tuvimos que cruzarlo varias veces para poder seguir las señales, pero sin ninguna dificultad. Entre subidas, bajadas, cruzar el arroyo una y otra vez y la agradable charla casi no nos dimos cuenta del cambio que había hecho el tiempo: se oían truenos a lo lejos y el cielo había cambiado de color.
Dicho y hecho, unas enormes gotazas empezaron a caer de repente. Sacamos de todo lo que llevamos en las mochilas para protegernos, nos refugiamos bajo un árbol esperando a que escampara, pero nada….llovió como si se acabara el mundo.
Así, calados hasta los huesos llegamos al restaurante. Fueron súper amables dejándonos papel para secarnos y que ocupáramos casi todo el bar con nuestras mochilas y botas. Enseguida no pusimos a comer y fue curioso que la misma sopa del menú que por la mañana nos parecía poco apropiada para la época nos viniera tan bien para entrar en calor. La comida de despedida fue amena y divertida y como a José Manuel le habían parecido poco las dos extensiones de por la mañana quería que subiéramos hasta la Ermita para bajar la comida. El motín no se hizo de esperar…jejeje…entre que aún íbamos mojados y que la Ermita no era tal, sino el cementerio del pueblo, pues no le hicimos mucho caso. Nos despedimos con mucho cariño y cierta tristeza hasta Septiembre. Espero que no falte nadie.


lunes, 21 de junio de 2010

Los estrechos del Rio Ebrón, 19 Junio 2010

Se acerca el final de la temporada. Y se nota. Estas últimas rutas me recuerdan la “traca final” de una mascletá: cada vez más bonita, cada una más emocionante y cada vez con más nostalgia porque se acaba.

Las frías cifras dicen que viajamos en coche 160 Km, que éramos 25 Senderistas, 6 coches y que la ruta tenía 12 km.
Pero la realidad es que el viaje fue divertido por que nos equivocábamos en cada desvío, el día salió soleado pero no caluroso, la compañía de los amigos, excepcional (aunque se notaron ausencias) y sobre todo la belleza del lugar hicieron que pasáramos un día estupendo que guardaremos en nuestra memoria mucho tiempo.
Anécdotas como que el río bajaba crecido y la mitad de los coches se tuvieron que quedar dentro de un huerto o a mitad del camino, hicieron que el buen humor aflorara desde el principio. Fuimos a pie un rato hasta llegar al parking y desde allí, siguiendo el sendero recuperado que tradicionalmente unía El Cuervo con Tormon, nos adentramos en los estrechos del Ebrón. Y aquí es donde me quedo sin palabras. Cada recodo, cada remanso del agua, cada flor y cada piedra nos dejaba sin habla. La abundancia de lluvias de esta primavera ha subido el nivel de los ríos y en esta ocasión nos tocó cruzar el Ebrón más veces de las previstas. Da igual. Hasta eso fue divertido. Ver a Rafa llevando a caballito a María nos hizo gracia a todos y más cuando nos enteramos que lo “convenció” a cambio de medio bocadillo.
La senda es fácil de seguir y no tiene gran desnivel, por lo que el grupo no se dividió apenas. Almorzamos muy pronto porque en realidad habíamos andado poco, pero habíamos madrugado mucho. Y ya sin perder ritmo, llegamos hasta el puente natural de Fonseca. Aquí José Manuel intentó meternos miedo en el cuerpo, diciéndonos que había un puente natural, pero que había que dar un salto para ganar la otra orilla de más de medio metro y que debajo estaba el precipicio del los Estrechos. Menos mal que todo era una broma y el puente es un lugar estupendo. Desde allí se empieza a subir por la ladera de la montaña y se tienen unas vistas impresionantes del barranco. Poco después llegamos a la Cascada de Calicanto, cerca de Tormon. Allí nos relajamos un rato y nos hicimos la foto de grupo. Un poco complicado porque no había mucho sitio para ponernos todos y la cascada detrás. Y en realidad, allí empezó la aventura para 6 de los compañeros. 5 adultos y Ximet, que es más valiente que muchos de nosotros, decidieron volver por el agua. Parecía arriesgado y los vimos ir con un poco de envidia y de preocupación. Los demás nos volvimos por el sendero hasta llegar al puente natural a esperarlos. El camino de regreso se convirtió en una charla de todos con todos y cuando llegamos al puente bajamos hasta el río para esperarlos.
 Tardaron mucho más de lo esperado y llegamos a preocuparnos por las dificultades que habrían encontrado, ya que había agua por todas partes y además bajaba con mucha fuerza. Cuando al fin los vimos llegar, venían con ligera hipotermia y con arañazos por las caídas y roces con las piedras, pero contentos porque lo habían pasado genial. Ya todos juntos seguimos el sendero hasta El Cuervo donde teníamos los coches y casi todos siguieron caminando (y cogiendo las cerezas que se habían de comer los mirlos, ya que estaban abandonadas) hasta el pueblo, donde comimos en una zona de recreo. Eran casi las 5 de la tarde, pero nadie se quejo de por la hora ni por nada, porque aparecieron viandas inesperadas, como cervezas frías, bocatas variados, un flan frio de limón estupendo que había traído Camí , café helado y buen humor.
Y eso es todo, amigos. Una servidora pasó muy mala noche(tenia turno de noche), pero había pasado un día fantástico. Hasta pronto.
Para los datos técnicos, http://senderismo.rocacoscolla.com/
Para ver el video. río Ebron



jueves, 17 de junio de 2010

De nuevo el Tabalet

En la soleada tarde del viernes nos dedicamos a visitar/revisar/cuidar nuestro Geocaché. Hace un tiempo lo escondimos en un punto de este impresionante mirador y tuvimos que ir a mantenerlo.

Subimos por la torrentera que hay detrás de la guardería del Tabalet (Benifairo dels Valls), por la senda tubería y por el sendero señalizado hasta subir al mirador. Las vistas son impresionantes y recomiendo esta ruta por cercana y fácil.

AH..y buscad el Cache, que no es difícil y es una actividad que les encanta a los niños.
Encontrareis mas informacion del mismo en otra entrada de este blog:


Aqui podeis ver la pagina de Geocaching

domingo, 13 de junio de 2010

Parajes del Turia: Zagra,Juncanilla y Cascada de Bercolom

Este sábado acudimos a la cita con Rocacoscolla sabiendo que íbamos tener agua cerca. Se trata de recorrer un tramo de la ribera del Turia, desde la zona de recreo de Zagra hasta llegar a la de La Caballera. A la aventura se nos unió Pedro, un amigo de Rafa buen conocedor de la zona que estuvo encantado de enseñarnos los mejores rincones de la misma. Empezamos a caminar por un sendero que nos fue llevando por la orilla del río donde la cantidad de agua, de fuentes y  de riachuelos hacian la delicia de todos. Pronto llegamos a los restos de un antiguo molino de cereales que antiguamente utilizaba la fuerza del agua para sus tareas y que después ha sido usado como piscifactoría. Ahora está abandonado, pero las balsas se han convertido en limpísimas piscinas que en veranos harán las delicias de los caminantes.
También vimos una fuente bastante nueva y que manaba agua templada. En amigable charla seguimos un buen rato, disfrutando del silencio de los arboles y del rumor de río.
Después de pasar un refugio para cazadores y senderistas que se puedan ver en un aprieto, empezó una subida bastante respetable, pero que con el buen ambiente que reinaba, ni cuenta nos dimos. Cerca de la cima me encontré con el grupo mirando por un precipicio y al llegar me contaron la historia del lugar. El fondo de este valle es tan inaccesible que ni los lobos se atreven a entrar y los pastores de la zona, cuando cambiaban a los rebaños de zona de pastos y pasaban por este tramo. Dejaban allí “encerradas” a las ovejas y cabras que estaban enfermas, sabiendo que no se iban a ir a ningún sitio y que no corrían mas peligro que el de despeñarse ¿¿ sería poco peligro este, jeje??. Al volver, días o semanas después, si quedaba alguna con vida, ya estaría sana y volvía con el rebaño. Curiosa historia de este “hospital” de la naturaleza.
Terminamos de subir hasta un collado y desde allí visitamos una fuente encantadora, la Juncanilla, donde hay unos bancales abandonados que las amapolas han invadido. El color y la belleza del lugar te reconcilian con el mundo.
Pedro aprovecho cada ocasión para explicarnos cosas de la zona. Tengo la impresión de que estaba a gusto y que disfrutó tanto como nosotros de la experiencia. Desde allí, bajando por una pista, llegamos hasta una zona de acampada donde tuvimos que cruzar un riachuelo que casi nos mojo los pies. Como siempre, las bromas de las cámaras preparadas por si alguien se cae. La zona de acampada está un poco en desuso, pero aun así, dan ganas de quedarse a pasar la noche con una buena hoguera, como niños. En unos 200 mt mas llegamos a La Caballera, otra zona de recreo donde una rustica piscina preside un lugar muy tranquilo. Almorzamos en simpática compañía, dándose la circunstancia de que teníamos muchas mesas estupendas de madera para sentarnos, y estábamos todos de pie. Como siempre, la hora del bocadillo se convierte en un rato de conversación muy agradable. Después, una visita a los márgenes del río, que venía con mucha fuerza y barro después las últimas lluvias, y la foto de grupo. Esta vez no nos escapamos ninguno!!! Jeje
La vuelta hasta Zagra tuvo el inconveniente que deshacer el camino ya recorrido, pero el aliciente de saber que después íbamos a ver un sitio espectacular. Después de llegar hasta los coches, cruzamos un puente y fuimos internándonos en un barranco que tuvimos que cruzar varias veces unas veces con más facilidad que otras. Así llegamos a una poza con una pequeña cascada que nos pareció estupenda. Pero ahí no acabo el sendero. Cruzamos esta poza y subimos por una pared casi vertical donde el tiempo y algún alma caritativa han ido esculpiendo una especie de escalones que facilitan la subida. De ese modo, y sin saber muy bien a donde subíamos, nos topamos con otra espectacular cascada. Esta vez sí era nuestro destino. Allí disfrutamos de un baño el que quiso, de sesión de fotos casi todos y de agradable descanso todos. Salir de allí cuando empezó a llover nos hizo salir por el lugar más rápido: hacia arriba. Por una pista volvimos rápidamente a los coches donde nos despedimos hasta la próxima vez. Habíamos disfrutado de un día impresionante. Las ultimas rutas están siendo de lo más agradable.

Hasta pronto....y el  Video de la ruta


lunes, 7 de junio de 2010

Barranco de La Encantada, 5 Junio 2010

Pues eso, Encantada estaba yo y Encantados todos los compañeros senderistas que acudimos a la cita con Rocacoscolla.
La ruta estaba planteada no para empezar en Planes, como yo habia pensado al principio, sino que aparcamos los coches en el paraje de La Encantada. La primera visita la hicimos a la poza con la cascada que es la parte mas conocida de este barranco. Una buena sesión de fotos a primera hora que hizo presagiar que las camaras se quedarian sin bateria(¡¡como no!!)Despues subimos las escalinatas y empezamos la ruta. Una senda muy usada nos llevó por todo el valle donde hay unas vistas preciosas de la garganta, de las montañas, de los prados y de un antiguo molino que nos permitió disfrutar de la compañia de todos. Hay que decir que ademas de Ximo Casanova hijo, esta vez vino su hermana Maria, una encantadora niña que disfruto de lo lindo conversando con todos.Y Camí,la mamá de los dos, que se estrenaba con el grupo.
Despues de pasado el barranco, empezó un pequeña subida que nos llevó hasta el objetivo de la ruta: los cerezos!!! Un campo con unos estupendos cerezos nos refrescó y endulzó la mañana. Comimos cerezas a manos llenas. Despues, con las vistas del pantano de Beniarres y el Benicadell al fondo y rodeados de campos de cerezos, almendros y olivos, en un pis-pas llegamos a Planes. Cuando yo estaba disfrutando del placer de ir la primera de la ruta y ya estaba subiendo el temido Via Crucis, el grupo decidió retroceder hasta el pueblo para almorzar en un antiguo lavadero. Sabia decisión donde las haya. Alli tomamos el almuerzo, el agua de la fuente, las chucherias que entre todos llevamos y nos comprometimos a volver al pueblo a comprar cerezas.
Y claro, despues hubo que subir los desandado y un poco mas. La subida por el Via Crucis hasta la Ermita del Cristo se convirtió en un Calvario. Y sobre todo para mí, que volví a ocupar el sitio habitual: la ultima y defenestrada!!! Segun Juan y Ferni, del grupo de senderismo de Carcer, al llegar a la Ermita hay que tocar la campana, pero mas tarde nos dijo que no era cierto y que si seguiamos, los que iban a venir era la Guardia Civil o los Bomberos del escandalo que estabamos montando.Yo oia la campana y mi desesperación iba creciendo porque no acababa de llegar a la Ermita.Tuve que recibir reanimación intensiva: Red Bull, Acuarius, agua helada y cariñito.  Una vez recuperados, la vuelta al camino fue cosa hecha. Aun nos quedaba una rato de carratera y otra subida hasta enlazar de nuevo con la senda. Las vista otra vez del Barranco nos compensaban del calor.
Y aun nos quedaba lo mejor: Sabiamente, Jose Manuel había programado dejar los coches en la Poza, en vez de en el pueblo, y asi pudimos disfrutar del baño los que quisieron y de un buen descanso con los pies en el agua todos los demas.
Desde aqui se fueron despidiendo y algunos nos quedamos a comer. Buscamos un lugar entre los que llevabamos recomendados y al final comimos estupendamente en el restaurante La Alqueria, en un pueblo cerca de Muro de Alcoy, que se llama La Alqueria de Aznar.
El ambiente de la comida fue muy divertido y me parece que no será la ultima.
 Aqui podemos ver las demas fotos: Video de la ruta
Saludo a todos.