lunes, 29 de agosto de 2011

Fuentes de Rubielos- Pico Pañarroya


Nuestro amigo Luis nos preparo una ruta para este sábado que en principio era para pasar una mañana entretenida. Solo 9 km. Y empezar temprano, para evitar el calor. Y volver a casa pronto. Esa es la teoría. Pero la realidad fue otra.

La realidad es que disfrutamos de una ruta tranquila, en la que hablamos y nos reímos más rato del que estuvimos caminando. La suave subida, la Ermita de Santa Magdalena y las vistas desde el pico Peñaroya , el empaño de Rafa por subir a un picacho que casi cuesta un divertido divorcio y la visita a las ruinas de la Ermita de Santa Isabel nos relajaron hasta el punto de que más parecía de andábamos hacia atrás que hacia adelante. Cada vez nos daba más risa ver lo despacio que íbamos. Con cada tema de conversación, en vez de seguir hablando solo con el que teníamos delante, nos parábamos en círculo para ampliar los comentarios. Y después unas risas. Y después otra foto de grupo.
Así resultó que de 2 h y 30 minutos que estaban previstos, estuvimos 4 horas. Y aun así, tuvimos que tomar unas cervezas para reponer fuerzas.
 En definitiva, una ruta ideal para el verano. Y una compañía de lujo, una vez más.
Aqui os dejo un video, con un poco de musica



Y si quereis descargarla, el enlace de Wikiloc

jueves, 25 de agosto de 2011

Sendero de la Bojera, Montanejos

El pasado sábado, para retomar nuestras rutina de hacer rutas por nuestra zona, nos deplazamos hasta Montanejos. Es un pueblo plenamente dedicado al turismo en todas sus vertientes y que ha fomentado especialmente las actividades al aire libre. Tiene varios senderos perfectamtne señalizados y conservados y cada uno tiene un encanto especial. El Sendero de la Bojera empieza junto a la carretera que llega hasta la fuente de Baños. Al principio tiene una buena subida, pero despues llanea. Varios desvios nos invitan a ver otros lugares, como son el Morrón de Campos, el Cinglo de Castillejos o la Cueva Negra. Esta última es la que dedicimos visitar. A las niñas les gustó mucho.
Despues de subir, hubo que bajar. Y bajando, bajando, llegamos al lecho de río Maimona. Se cruza por un sitio bastante fácil. Pero es un río bastante traicionero. No se debe de ir si esta previsto que haya tormenta. Las avenidas pueden ser peligrosas.
Despues subimos de nuevo hasta enlazar con una pista y despues un sendero que no dejamos hasta llegar a Montanejos. Al principio, se camina por una bonita umbria, pero despues, al tomar altura, nos acercamos a los desfiladeros del Barranco de la Maimona. Un tramo que resulta muy atractivo para caminar.
Las formaciones rocosas y gigantescas son especataculares. Hay que decir que el barranco se puede descender por el fondo, nadando y de poza en poza. Pero nosotros lo vimos desde arriba, y es muy impresionante. Al llegar a Montanejos, un breve paseo hasta la fuente de Baños, donde haciendo honor a su nombre, las mas atrevidas nos dimos un remojón. Los chicos, tomaron cervezas...jejeje...¡¡¡hombres!!!Resultó un dia magnifico. Una ruta idela para hacer en verano y una compañia envidiable.
Y aqui, el video con las demas fotos


lunes, 22 de agosto de 2011

Ultimos dias en Polonia

Los dos últimos días de nuestro viaje los dedicamos a turismo típico. Atrás se quedaron los altos Tatras. Nos llevábamos un recuerdo imborrable de un país que casi no conocíamos, que encontramos algo rural pero encantador. Nada más salir del hotel, en el autobús nos trasladamos a Polonia, donde teníamos previsto visitar una mina de sal. Wieliczka es la mina de sal más antigua del mundo. Esta perfectamente preparada para la visita y lo que más impresiona es la cantidad de madera que ha hecho falta durante siglos para mantener en perfecto estado las inmensas galerías pro las que durante siglos se ha ido extrayendo la sal. Toda la mina es una recreación de los trabajos que allí se realizaban, así como representaciones de escenas relacionadas con la historia de la misma. También tiene una capilla espectacular. Mi opinión es que está demasiado comercializada, habiendo perdido un poco del encanto que debió de tener. No deja de ser original.

Por la tarde nos trasladamos a Cracovia, donde después de instalados en un hotel muy confortable, el Galaxy, tuvimos la tarde libre para recorrer sus calles y mercados. Un paseo por la ribera del rio Vistula completó la tarde/noche.
Dormimos espléndidamente, pues llevábamos cansancio acumulado. Y después de un abundantísimo desayuno, un buen paseo por la ribera del rio otra vez. Unas últimas compras y después hicimos la visita más dolorosa. El campo de concentración de Auschwitz. Se trata de algo que hay que hacer. Ver el horror del que el hombre es capaz. Pero yo no estaba preparada para ello.
La vuelta a casa se hizo pesada, el viaje en avión y luego en taxi hasta Valencia se hicieron eternos. Pero la alegría de ver a nuestras familias nos ayudó a descansar.
Quiero volver a dar las gracias a Valerian por lo bien planificado que tenía el viaje. Excepto las cenas en el hotel, que también tuvieron su gracia por los malentendidos, las demás comidas las tenias todas planificadas en lugares de comidas típicas, por lo que hemos probado todo tipo de sopas, carnes y postres variados y sabrosos. Y también por su paciencia y su serenidad.


Si tengo que quedarme con alguna imagen, tengo varias.
 La satisfacción de haber subido al paso Sedielko. La serenidad de Valerian. Las risas con mis amigos, Carmen, Mila, Mª José y Vicente. La sonrisa de Anne Marie. La inmensidad de las montañas. Y la imagen de un muchacho, que melancólico, escuchaba música sentado en un escalón de Auschwitz.




Aqui, el ultimo video

domingo, 21 de agosto de 2011

Altos Tatras, Eslovaquia: 3ª Ruta: Subida al paso Sedielko

Para el último día en las montañas de los Altos Tatras, Valerian nos había preparado otra súper ruta. Si bien de menos dificultad que el día anterior, también tenía un buen desnivel ( 1100 mt) y 20 km de distancia. Pero no habíamos ido tan lejos para volver a quedarnos en casa. Así que todo el grupo acepto caminar sin tener hora fijada para la vuelta y nos decidimos a ir. Solo faltaron Mª José que había pasado mala noche y Vicente, que como amante esposo se quedo a cuidarla y Fernando, que estaba lesionado.
Para evitar que el autobús estuviera demasiadas horas en la carretera y nosotros no tener limitaciones a la hora de acabar, decidimos ir en tren y teleférico hasta el inicio de la ruta. Esto le añadió un tono festivo a la misma, ya que pudimos comprobar la gran afición que hay en Eslovaquia al senderismo. El tren iba a tope de gente que subía a caminar. Familias con niños pequeños, chicos y chicas muy jóvenes…y hasta una monja con su toca y sus zapatillas de montaña.
Con todo este ajetreo empezamos algo tarde a caminar, pero el hecho de conocernos mejor todos los compañeros y la belleza del lugar, hizo que la primera parte, la del bosque, hasta la llegada al primer refugio, fuera un ameno paseo. Una seta trabajada a partir del tronco de un árbol cortado le da un pintoresco ambiente a este refugio. Parece una casita de madera habitada por gnomos del bosque. Descansamos un poco y continuamos nuestra caminata.
A la vez que el bosque se despajaba iban apareciendo las montañas, majestuosas y hermosas. El valle Studena iba apareciendo esplendoroso ante nuestros ojos. Quiero reseñar lo bien cuidados que están los caminos. Parecen las antiguas calzadas romanas. Subías la pendiente por escaleras casi perfectas. Otra vez un porteador muy joven subía cargado con los víveres. No deja de ser impresionante verlos subir con semejante carga a la espalda.
El segundo refugio ya estaba a la vista, pero aun faltaba el tramo más difícil. Debajo de una cascada un poco pobre en agua, pero espectacular en su alta caída hice una parada para disfrutar de la vista y de mi música. En ese momento caminaba sola. Los más rápidos iban muy delante, y los demás, por detrás. Fue un momento mágico para mí. Sabía que con la ayuda de mi música encontraría la fuerza para terminar.
Cuando llegué al refugio, me estaba esperando Rafa con una cerveza bien fresca. Todo el mundo estaba tomando el sol, frente a un lago. Mi amiga Carmen, Mila y yo nos felicitamos por haber llegado tan lejos. Después de refrescarnos, salimos a cubrir el último tramo. Nada más dejar atrás el lago, una fuerte pendiente nos subió hasta un collado desde donde, en un momento que pude mirar hacia arriba, un grito y una carcajada me salieron de la garganta.
Que estaba viendo? Una cordada de gente subía por un peñasco trepando por cadenas. No esperaba esa dificultad. Además, Valerian no despejaba la duda de si teníamos que subir por allí o no. Fue un rato divertido. Al final, no tuvimos que subir por las cadenas, ya que se trataba otra ruta.
La nuestra no era tan arriesgada, pero si muy dura. Un tramo de algo parecido a unas escaleras realizadas con enormes troncos facilitaban la subida por una pedrera durísima. Los supuestos escalones de troncos eran tan altos, que no me llegaban las piernas. Sufrí mucho en ese tramo, pero valió la pena. Para todo el mundo fue duro, que después me lo dijeron, pero yo solo puedo contar lo mío. Una vez arriba, un viento helado recorría la cima. Nos abrigamos bien y empezamos un descenso de vértigo. Nos contó un buen rato encontrar un lugar donde refugiarnos para comer. Al final, no lo encontramos y en el lugar menos inhóspito nos dispusimos tomar un poco del merecido refrigerio. El buen humor reinaba cuando vimos a un ciervo a lo lejos. Nos distrajo un rato del frio que estábamos cogiendo. Sin perder tiempo, recuperamos el sendero que fue dejando ante nuestros ojos el valle Javorova. Este bosque es más umbrío que los otros, por lo que está lleno de helechos, de musgo y de praderas llenas de verdor. El rio Javorinka nos acompaña en los últimos km. La música de sus aguas cristalinas nos hacia olvidar el cansancio de 9 horas de caminata. Había valido la pena. Una vez más.





viernes, 19 de agosto de 2011

Altos Tatras, Eslovaquia: 2ª ruta: Subida al Rysy y paseo por el rio Dunajec



Segunda ruta por los Tatras. Etapa reina de nuestro viaje. Se trataban de 24 km y de subir hasta el pico
Rysy, el más alto de Polonia. Todo un reto para el que alguna nos estábamos preparadas. Así se lo dijimos a Valerian y él, muy gustosamente nos preparó una actividad alternativa que resultó todo un acierto.
Junto a otros 3 compañeros que por diversos motivos no podían hacer la ruta, nuestro chofer, Valerian 2º nos trasladó hasta un pequeño pueblo antes Szczawnica, en el parque Nacional de los Pieniny, donde disfrutamos de una mañana deliciosa y llena de sorpresas. La primera llegó cuando al llegar al embarcadero vimos el ambiente: Los barqueros iban vestidos con pintorescos chalecos y sombreros y las balsas…eran balsas de verdad!!! Relativamente modernizadas, ya que ahora ya no son 5 troncos ligados con cuerdas, pero el efecto es el mismo: Balsas de troncos deslizándose por un rio!!! Nos dio mucha risa ver el escenario de nuestra excursión, pero la verdad es que resulto de lo mas relajante. Se trata de un rio poco profundo y en el que las aguas discurren tranquilas. El único trabajo de los barqueros es dirigir un poco con unos palos largos, como en la Albufera de Valencia, las balsas para que no se dirigieran a las orillas. El trayecto es corto, de unos 15 km, y dura más o menos dos horas. En la orillas se ven ciclistas, senderistas y gente que hace paseos a caballo. Y por el rio, decenas de lanchas dejándose mecer por la calma del rio. Solo la amenaza de lluvia y el fresco que empezó a hacer, deslucieron el final de la mañana. Al llegar a nuestro destino, Szczawnica, nos encontramos con un encantador pueblo plenamente dedicado al turismo tanto de verano como de invierno. Después de comer, el autobús nos llevo a Lysa Polana, final de la ruta de montaña que nuestros compañeros habían empezado por la mañana. Llovió intensamente durante todo el trayecto.  Pero esa es otra historia, la de la montaña.
Y ahora, de oídas, puedo contar algo de lo que vivieron los 11 valientes que se decidieron a subir al Rysy.
Salieron muy temprano, que la ruta era muy larga. Como ya nos habíamos quedado los que a priori íbamos peor, empezaron a caminar como alma que lleva el diablo. La mañana estaba algo nubosa, pero cambiaba a cada rato. Ahora sol, ahora nubes, ahora sol otra vez y luego niebla.
Por el valle Mengusovska subían muy animosos y como ocurre la alta montaña, al tomar altura la vegetación se termina y empiezan las pedreras. Esta tenía un desnivel especial: dura desde el principio. Los lagos, o Ibones, como se llaman en el Pirineo, iban quedándose atrás, dando al sensación de vértigo al ver el camino recorrido.
Cerca del refugio vieron algo que nos parece inaudito hoy en día en un país europeo: porteadores que por un sueldo muy pequeño subian en la espalda los suministros que luego encontramos en los refugios. A llegar al mismo, una intensa niebla y el frio les obligo a tomar unas cafes o tés para recuperarse un poco.
Y después, el último asalto: casi trepando llegaron en menos de una hora hasta pico Rysy. Unas preciosas fotos prestadas por Valerian dan fe de lo felices que se sentían. En un momento dado, hasta aguanieve les caía.
Pero…..habia que bajar!!! Y ahora el reto sí era complicado: más de 300 metros de bajada colgados de cadenas. Y con la niebla y el agua, no tenían casi visibilidad. Con mucho cuidado y ayudándose entre todos, llegaron varias horas después hasta los lagos.
Las vistas de los mismos que llevaban rato ocultos por la niebla, cuando aparecieron fueron impresionantes. El primer lago, Czamy Staw pod Rysami, también conocido como el estanque Negro sobre Morskie Oko , es el primero que se encuentraron y en poco rato, llegaronn al Morskie Oko, el mayor lago de los Tatras. Desde allí, el valle Rybiego Potoku lucia en todo su esplendor.
A estas horas ya habían tenido todas las estaciones del año en un mismo día y aun les quedaban 9 km hasta Lysa Polana, lugar donde nosotros, helados de frio, les estábamos esperando. En un arrebato, Pepe y Carmen decidieron caminar hacia atrás por el sendero para ir a su encuentro, pero la lluvia que caía en ese momento nos acobardó un poco y les esperamos en un bar donde una familia que había estado trabajando en Murcia nos atendió estupendamente.
Unas veces todos reunidos, nos contaron todo tipo de anécdotas de la durísima ruta que habían hecho y que les costó nada más y nada menos que 11 horas. La vuelta en el bus, mojados y cansados, se hizo larga. Solo la reconfortante ducha y la imprevisible cena les devolvió un poco de vidilla.
Aqui,el video de la subida la Rusy:


Y aquí os dejo el video del paseo en balsa:



Nuestra aventura estaba resultando impresionante. Y aun nos quedaba otro dia mas de montaña.

martes, 16 de agosto de 2011

Altos Tatras, Eslovaquia: 1ª Ruta: subida al paso de Bystre Sedlo




 
Primera ruta por los Tatras.
Con la experiencia tan gratificante vivida el día anterior en el recorrido por el Barranco de Sucha Bela, el ánimo lo teníamos a tope. Y teniendo en cuenta que cuando salimos de Valencia íbamos bastante asustadas, ya es merito. Nuestro mini-grupo es muy dispar: Mila, Rafa y Vicente están muy bien preparados, pero Carmen, Mª José y yo, no tenemos tanta resistencia. Y además, los demás senderistas son muy experimentados y nos daba algo de miedo escénico.
Esta ruta era la más fácil de las 3 programadas por Valerian, por lo que no podíamos asustarnos el primer día... Y eso hicimos: salir animosos. Cerca del hotel esta el precioso lago que le da nombre a la estación de esquí y veraneo: Strbske Pleso. Lo rodeamos durante un rato y después de pasar por la zona de los remontes iniciamos el sendero que nos iba subiendo poco a poco por el Valle Mlynicka. Se trata de una zona con mucha afluencia de gente. Se nota que hay mucha afición al senderismo. Primero fueron grandes árboles, y al poco, el paisaje se despejaba para dejar paso a las vistas impresionantes de las altas montañas que rodean el valle. El rumor del agua, que bajaba rápida por entre las piedras, hacia el recorrido muy agradable. Poco a poco íbamos ganando altura hasta que nos encontramos de frente a una cascada que se llama “escalón”, porque eso parece, un escalón en esa inmensa pared de roca. Ahora bajaba poca agua, pero en la época del deshielo, según nos dijo nuestro guía, la cascada es enorme.
Rodeamos la cascada y la subimos por un lateral ayudados por cadenas hasta subir a un primer lago que hay encima de la misma. Desde allí las vistas sobre el valle son muy bonitas y pudimos descansar y disfrutarlas un rato.
A partir de allí, el paisaje dejaba de tener el verdor típico de los valles y empezaba a ser mas desnudo. Las rocas predominaban y se notaba más la dureza de la subida. Pero aún era pronto, y se podía llevar bien la subida. Un rato después, llegamos a un segundo lago donde volvimos a descansar y…a asustarnos de verdad!!! Desde allí se veían mejor los altos picos por lo que se supone que teníamos que pasar. Parecía imposible. Como íbamos a subir hasta allí??? Sin pensarlo mucho, nos pusimos en marcha. No había vuelta atrás. Nosotras nos lo tomamos con calma y decidimos no preocuparnos por la fuerza que parecía que tenían todos los demás. Era nuestro reto y lo íbamos a conseguir. La música de mi MP3 nos ayudo a ratos, nos entristeció en otros y nos puso alas alguna vez. Así, apoyados en todo momento por Valerian, que no se separo de nosotras y de Fernando, que tampoco iba muy bien, nos encontramos en el tramo de cadenas de subía el último repecho.
Casi sin tiempo de mirar hacia abajo, porque no había más de un metro de sitio, en el lado opuesto nos esperaban otras cadenas de bajada. Esta vez el vértigo hizo aparición: no había una suave ladera por la que bajar….era una pedrera espectacular. De nuevo la ayuda de todos nos fue dando ánimos. La bajada, si bien era más peligrosa que la subida, también es menos dura. En poco rato estábamos al lado de un lago donde comimos y pudimos hacer todo tipo de comentarios sobre la ruta. A partir de allí, con las vistas sobre el Valle Furkotska, impresionantemente verde, solo los km que faltaban para llegar al hotel y la cantidad de piedras enormes que tiene el camino pusieron algo de incomodidad. De nuevo caminábamos cerca de un arroyo de aguas rápidas y frescas. Nos tomamos un descanso para refrescar los pies.
Al llegar al hotel, una sesión de piscina, jacuzzi y saunas varias nos dejaron como nuevos.

Eso sí, había que cenar….que cruz!!! Como acabaríamos???
Aqui, el video de la ruta:

lunes, 15 de agosto de 2011

Barranco de Sucha Bela, Levoca y castillo de Spis

Después de un viaje que nos llevó desde Cracovia hasta Strbske Pleso, en Eslovaquia, nos instalamos en el hotel Toliar. Sin tener el lujo del Hilton, si tiene la ventaja de poder contar en el mismo edificio de un complejo que dispone de Spa, restaurante y supermercado sin necesidad de salir a la calle. Y de muchos servicios en la zona que facilitan que la zona sea ideal para el turismo tanto en verano como en invierno. Nuestro segundo día de vacaciones estuvo marcado por la lluvia y por sugerencia de Valerian, cambiamos la ruta prevista y empezamos por un barranco.

El Barranco de Sucha Bela, en el parque nacional Slovensky Raj. Una impresionante garganta perfectamente acondicionada para la visita, pero que no deja de sorprendernos a cada paso. Escaleras y pasarelas facilitan el paso y le añaden belleza a un entorno privilegiado. La dificultad nos es alta, pero si exigente debido al agua que está presente en cada recodo del barranco, así como en las muchas escaleras que son necesarios para recorrerlo entero. En resumen: fue un acierto el cambio, porque pudimos disfrutar de la ruta con un ambiente húmedo como requería la ocasión. La vuelta ya discurrió por un sendero bastante agradable, rodeado de bosques y que nos llevó en poco rato disfrutar de unas cervezas o refrescos.
De nuevo en el bus, nos desplazamos hasta Levoca, un bonito pueblo amurallado que conserva un ambiente muy centroeuropeo, y que tiene joyas arquitectónicas que permiten dar un agradable paseo. La guía que nos había enseñado Levoca nos acompañó después para indicarnos donde se encontraba un castillo medieval de impresionante planta. Varias películas se han rodado allí. Estuvo habitado hasta el siglo pasado y se puede apreciar que era una fortaleza difícil de conquistar.
  

Un rato después, ya en el hotel, nos quedaba otra batalla por resolver: pedir la cena. Entre que no conocíamos le idioma, ni los ingredientes de algunos platos ni las costumbres de los camareros, cenar se convirtió en la aventura de cada día. Y a media tarde ya nos hacíamos esta pregunta: ¿Qué cenaremos hoy????

 
 
 
 
 
 
Y aqui dejo  video con las fotos.

Visita a Cracovia

Viaje a Polonia y Eslovaquia.

Nuestra llegada a Cracovia estuvo marcada por una divertida cena en el restaurante “Ogniem i mieczem”. Al más puro estilo Asterix y Obelix. Una decoración rustica, unas mesoneras con trajes regionales, una forma de servir la cena con las bandejas al hombro y unas viandas abundantes y sabrosas nos hicieron sentir como reyes después de la batalla. La cerveza, abundante, y la agradable compañía, presagiaban unos días estupendos.
El Hotel Hilton, estupendo donde los haya, nos ayudo a descansar.
La visita de la ciudad, acompañados de Paula, la guía que nos iba explicando anécdotas de la historia, una tanto atribulada, de esta ciudad que ha vivido todo tipo de aventuras. Quizás una de las anécdotas que a mí más me ha gustado es la que cuenta como el Obispo Mártir de Cracovia, San Estanislao, indignado por su persecución y próxima ejecución, maldijo a los futuros reyes y obispos que llevaran su nombre. La maldición surtió efecto en dos reyes que llevaron su nombre, siendo desdichados y muriendo jóvenes. Pero nunca hubo ningún obispo con ese nombre…hasta ahora!!! El obispo actual que se llama Estanislao, y los habitantes de Cracovia viven con cierta zozobra de pensar en esa tradición. Ya sabemos que las leyendas medievales ahora no se sostendrían, pero no deja de ser curiosa la situación.
Por lo demás, Cracovia es una ciudad muy marcada por la religión Católica, con mucha presencia de imágenes e historias de Juan Pablo II y por la persecución de los judíos por parte de los nazis. Visitar el Barrio Judío es una impactante experiencia. La ciudad, renovándose y modernizándose, conserva aun un ambiente muy característico del tipo de vida soviético.



El objetivo de nuestro viaje estaba por llegar. Las montañas, los Altos Tatras, nos esperaban y hacia allí nos dirigimos. El autobús que nuestro guía Valerian había contratado y el chofer del mismo, Valerian también, nos han facilitado en todo momento las cosas. Alojamientos, cenas y traslados por todo el recorrido, resolviendo con mucha amabilidad y cortesía nuestras dificultades con el idioma y todas las que se iban presentando. Antes de nada, darles las gracias a los dos.

Y aqui, mas fotos con musica.