jueves, 14 de mayo de 2009

16 de Abril 2009 - Foncebadon - Ponferrada

Despertar en estas montañas y ver la nieve cayendo sobre estos tejados centenarios le da sentido a esta peregrinación. A veces tienes dudas de porque haces esto, caminar y caminar sufriendo.Pero una etapa como la que teniamos por delante, justifica cualquier sacrificio.
Como cada día, nos levantamos temprano y recogimos todo con rapidez. Nadie se entretiene por las mañanas. Julia de nuevo hace de coche escoba, ya que su rodilla sigue igual. Desayunamos muy bien, de un modo muy natural: leche de cabra, cereales integrales, zumos y frutas. Nos despedimos y salimos a la calle.
La nieve y la niebla son espectaculares. Casi no se ve el final de la calle. Los hospitaleros-monjes del otro albergue tiene puesta la musica muy alta y un "ALELUYA" llena todo el pueblo. Nada mas salir del pueblo tenemos un pequeño problema con las señales. Hay dos caminos y ninguno tiene flechas. Vemos a mas gente dudando, pero nosotros decidimos seguir por la carretera hasta la Cruz de Ferro. Solo eran 2 Km y lo preferimos a perdernos por la montaña con la que estaba cayendo.
La Cruz de Ferro es un hito en el Camino. La leyenda dice que hay que dejar una piedra junto a las miles que ya hay. El significado de poner piedras en montones es que de algun modo dejas alli tus preocupaciones. Lo hace mucha gente. En este lugar han construido una capilla y un reloj solar muy especial. Es una zona perfecta para descansar un rato.Fotos obligadas.
Unos toros sueltos cerca de la explanada de la Cruz debieron de pensar lo mismo, que era un sitio perfecto para observar a los peregrinos. Rafa se quiso hacer el valiente, pero uno de ellos lo miró "mal" y no nos acercamos mucho.
A partir de aqui ya no abandonamos la senda. El paisaje (lo que se podia ver,jeje) era precioso. No me cansaba de hacer fotos, pero no podian captar todo el encanto de las montañas.Caia una suave nevada, pero no nos mojaba. La sensación era muy agradable. Rafa y Javi iban todo el rato con la sonrisa puesta, disfrutando del Camino, de la mutua compañia. Jose Manuel Padre e hijo iban tambien con nosotros.
Manjarin los pasamos aún entre brumas y nieve. Un hopistalero nos deseaba "Buen Camino" desde su albergue. Este pueblo está mas vacio que Foncebadon. Solo viven 7 personas. El triste cementerio solo tiene 3 tumbas. No nos detuvimos, pues la etapa era muy larga y no convenia parar mucho.
Un prolongado descenso puso a prueba nuestras rodillas. Había mucha piedra suelta y teniamos que ir con mucho cuidado. La carretera hacia un zigzag pero el camino iba recto, por lo que tuvimos que cruzarla varias veces. Al fondo del valle se veian minusculos pueblos que parecia mentira que pudieran existir. Tambien veiamos a lo lejos El Acebo, nuestro siguiente destino. Allí habiamos quedado con Julia y Lucia para almorzar. Lucia es una niña deliciosa. Muy buena y cariñosa a la par que valiente. Con solo 10 años camina como una campeona, pero como su madre estaba mal, para que no se quedara sola todo el día, se fué con ella. Habría preferido caminar, sin duda, pero acompaño a su madre sin perder la sonrisa.
El Acebo es un pueblo pequeño pero muy bonito. La arquitectura típica gallega ya se deja ver por esta zona.Parada casi obligada en el Camino, tiene buenos servicios. Almorzamos en un bar donde nos sirvieron uns bocadillos típicos que consisten en una mezcla de huevo, atún y tomate.Con ello, rellenan el pan y despues lo rebozan como una gigantesca croqueta. Tiene 10.000 calorias,seguro. Pero con el frio que hacía, nos vino de miedo. Tambien estaban en el mismo bar Joaquin y su tia, peregrinos navarros que ya habiamos visto mas veces. El chico es joven, pero su tia no tanto y caminaba como si fuera una jovencita. Eso si, se comía unos bocadillos de chorizo y unos vasos de leche con Cola-cao que no se los salta un galgo.
En la salida de El Acebo hay un monumento a un ciclista muerto. Es emocionante. A partir de aqui, una bajada costante nos lleva hasta Riego de Ambros. Otro pueblo montañes con una sola calle cuesta abajo. El ambiente de continua llovizna consigue que tengan unos jardines preciosos. Los lilos, los mundos y las celindas lucen muy bien.
No paraba de llover. El chubasquero no nos lo podiamos quitar. Pero era una lluvia fina, que no molestaba. El bosque que atravesabamos era muy enmarañado, como si los arbustos hubieran crecido salvajes. A veces habia que apartarlos con los bastones.
Al cabo de un rato, en una explanada, vimos unos magnificos ejemplares de castaños monumentales. Realmente impresionantes. El camino se hacia ameno sobretodo por las charlas, la bromas que Rafa siempre gasta, las llamadas de telefono de las nenas, un rebaño de ovejas que nos atrapó, etc..La senda continuaba dando rodeos hasta que a lo lejos divisamos Ponferrada. O eso creimos.
Otro tramo de bajada muy pronunciada nos metió casi de repente en Molinaseca. Sabiamos que existia este pueblo en la ruta, pero pensabamos que era pequeño y solo de paso. Pero nos encontramos con una ciudad encantadora, grande, rustica y moderna a la vez y muy bien preparada para el peregrino que acaba de pasar el puerto mas alto del Camino. Pero nuestro destino era Ponferrada y hacia alli nos dirigimos. Grave error. Nos faltaban 7 Km. Y no iban a ser fáciles. Ya eran las dos de la tarde y nos faltaba lo peor.
Desde allí todo eran arrabales, carretera, pista forestal y Ponferrada cada vez mas lejos. Llegamos sobre las 4 de la tarde, muy cansados y helados de frio. Ademas, mi costipado iba a mas y en una farmacia que encontré despues de ¡¡3 dias!! me compre unas medicinas.
Julia nos esperaba en el albergue y alli tuvimos un nuevo encontronazo. Como ibamos 7, nos querian meter en el sotano, ya que era la unica habitación en la que cabiamos todos. Le dijimos al voluntario que ayuda a acomodar a los peregrinos que yo no podía dormir alli, que iba a coger una pulmonia. Intentó darme una cama en otra habitacion que tuviera calefaccion, pero como vió que venian todos, se enfadó mucho. Estaba un poco sobrepasado de trabajo. Al final nos colocó en habitaciones mas pequeñas aunque no todos en la misma.
Nosotros esbamos con las chicas que habiamos conocido en el Camino. La brasileña, la coreana y otras que no se bien de donde eran, pero parecian nordicas.
Mientras que Jose Manuel y Rafa iban a Foncebadon a por el coche, Julia y yo fuimos a comprar para la cena y el desayuno. Cuando volvieron, un paseo obligado por Ponferrada, pueblo natal de Luis del Olmo, que tiene un museo de la radio en una casona muy bonita enfrente del castillo de los Templarios. Todo el casco antiguo es muy señorial. Se nota que es la capital de una zona muy rica, El Bierzo. El rio Sil preside la vida de la ciudad, y son muchos los puentes que lo cruzan. El Castillo esta en una ladera que tambien mira al rio. Cuando estabamos en la puerta, unos estudiantes que estaban haciendo algun trabajo abrieron la puerta y nos dejaron ver el interior. Parece un edificio de cuento. Lo que habran visto esas paredes en su epoca de máximo esplendor.
Cuando se hizo de noche y antes de volver al albergue, como hacía mucho frio, nos tomamos unos cafes en una chocolateria enfrente del Castillo.
Despues, una cena de hermandad. Como siempre, todo el mundo se hace a la cena, la comparte, se busca sitio, charla con los demas y se hace fotos.
Jose Manuel, Lucia y sus padres acababan allí y tenian un poco de morriña. Se hicieron fotos con todos y se despedian con algo de pena.
Esa noche nos acostamos pronto. Estabamos muuuuuuuuuuuuy cansados

1 comentario:

José Manuel dijo...

Hola Merche.
He leído tambíen esta cronica (no me pierdo ni una).
Lo has descrito muy bién.Enhorabuena

PD: Ánimo (otra vez) que ya solo te queda 1 etapa!!!