viernes, 25 de julio de 2008

Etapa 11





















Dia 2 Agosto de 2007– 11ª etapa
Ages – Burgos
Nos levantamos temprano, como ya es costumbre y les hago la pequeña trampa de cerrarles la puerta de la habitación al resto del grupo (como llegaron los primeros, estaban todos en la misma habitación). Si no, no hay forma de sacar ventaja, jeje...
La verdad es que el camino no es una competición, y aunque parezca que estamos picados, solo es una broma entre nosotros.
Cada uno tiene que ir a su ritmo, y nosotros al madrugar solo pretendemos huir del calor del mediodía que tanto daño nos ha hecho otros días.
Es una gracia como han preparado el desayuno en El Pajar: las tazas preparadas con un sobao, pan para cortar en la tabla, la tostadora, los termos con el café, la leche, el microondas...vamos, un hotel de súper lujo a la vez de casero...
Desayunamos y cogemos provisiones para no tener que almorzar. Antes de irnos vemos que bajan Odile y Cristian. Tan amables como siempre, nos saludan y nos vamos. Son las 5.15.
Hoy estaba muy oscuro. Vamos deprisa porque el descanso me ha sentado bien. Hoy soy yo la “moto”
Casi enseguida llegamos a Atapuerca, y de allí salen dos chicos jóvenes. Serán los únicos que veamos hasta llegar a Burgos.
Esta etapa es buena, ya que ayer le quitamos 3 Km.
Al salir de Atapuerca empieza una subida muy pronunciada que nos lleva al alto de un páramo. Otro perdoncillo, y van....
Allí hay un crucero muy llamativo y se ve toda la iluminación de Burgos. Parece que estamos a unos minutos de llegar, pero es que la noche es muy traidora.
Es tan de noche aún, que hemos estado con muchas dudas algunos ratos. Esta zona no esta bien señalizada.
Se ven unas antenas un tanto fantasmagóricas.
Desde aquí a Burgos, que no debe de estar muy lejos en línea recta, el Camino da todo tipo de vueltas: Sube, a la izquierda, baja, a la derecha, otra vez a la izquierda, en fin...
Los pueblos se suceden, están muy cerca unos de otros y nos sorprende que para estar tan cerca de una ciudad, sean tan “pueblos”. Bueno, hasta que pasas Quintanilla y detrás de una curva, aparece una urbanización completamente nueva, horizontal, plana, sin vida. Esas cosas que pasan de vez en cuando con el urbanismo salvaje de este país.
Mari aprovecha una señal de trafico para poner su chaqueta, pantalón largo y sombrero. Se habían estropeado el primer día en la lavadora, y como ya no le van a hacer falta, decide no pasearlos más.
La entrada a Burgos se prevé larga y dificultosa, ya que esta todo en obras, y el Camino queda interrumpido y hay que dar varios KM de vueltas esquivando hormigoneras y escavadoras.
Una vez en Villafria empieza un largo, larguísimo polígono industrial que tiene 8/ 10/12 Km. Además, ya calienta el sol y da fatiga tanto camión y asfalto.
Al fin cruzamos un puente y vemos el cartel de Burgos, nuestra meta.
Solo entonces buscamos un sitio donde almorzar. Hemos logrado el milagro...¡¡ no nos han adelantado los rápidos!! ¿¿ o habrán tomado otro camino?? La duda nos corroe.
Y otra cosa curiosa. En el bar vemos una TELE!! Nos quedamos mirando como si viniéramos de otro planeta, jeje.
Cuándo ya acabamos de comer vemos pasar parte del grupo y seguimos con ellos.
Nos planteamos ver la catedral antes de ir al albergue, porque nos han dicho que no abren hasta las 2.
Pero al final, decidimos irnos a ducharnos.
Mari lleva un rato diciendo que lleva una ampolla nueva, pero que no se atreve a quitarse la zapatilla. Decidimos llegar al albergue y tratar de descansar y asearnos. Dudamos que nos dejen entrar en la catedral con tanta mugre. Parece mentira, pero se te pone cara de tiñoso, con tanto polvo!!
Después de 1 hora de atravesar calles nuevas, calles viejas, fotos en monumentos, cruces peligrosos (cruzamos las calles como si nunca hubiéramos visto un semáforo, jeje.) vemos..... una perfumería!!
Entramos como locas a comprarnos mascarilla para el pelo y champú. Hoy queremos estar guapas, que nos vamos de comilona con toda la peña. Nos dicen que no vale coger ropa del coche, que jugamos con ventaja....
En media hora mas estamos en la puerta de un parque donde esta el albergue. Nosotros buscamos nuestro coche y es como un choque. Lo abrimos y vemos nuestras cosas, ropa limpia, y sobretodo poder descargar peso. Nos da tan alegría que escribimos con lápiz de ojos un mensaje para la family, que nos dejo el coche tan a punto.
Nos vamos al albergue y mientras esperamos que abran intento curarle a Mari su nueva ampolla. Y eso no es una ampolla, es un fenómeno de la naturaleza. Del tamaño de una nuez.
Pobrecita. Como habrá podido aguantar así!!
Se la empiezo a pinchar y me da mucha impresión. Noto que me mareo y me tengo que tumbar. Mari llama a Rafa que como siempre está cascando!! Dice que creía que era broma.
En fin, al menos ella ha aguantado el tipo y no se queja mucho.
Nos dan la cama y nos vamos a la ducha. Como hemos llegado bastante pronto, los baños están limpios y no hay cola, con lo que podemos ponernos la mascarilla del pelo y asearnos antes de ir a comer.
El albergue de Burgos deja mucho que desear. Está claro que no se puede pedir mucho mas por 3 euros, pero esta muy masificado y los aseos de dentro están muy estropeados. Eso sí, nos reímos de todo.
Cuándo ya estamos todos, las chicas mas lisiadas decidimos ir en coche al centro. Nos vamos Rosa, Amaya, Odile, Mari y yo. Los demás irán andando. Las cinco decimos las mismas palabras al sentarnos...¡¡¡AAYYYYYYYY!!! Y estamos de acuerdo en que esto en un lujo!!! Jajajaja.
Aparcamos en el centro y nos llegamos hasta el restaurante Don Nuño, donde hemos encargado un Olla Podrida para 15.
Poco a poco van llegando, pero mientras esperamos tomamos un aperitivo.
La comida está muy divertida, y eso que no nos oímos todos, porque la mesa es muy larga. Los franceses se ríen mucho con las ocurrencias de todos. No entienden mucho, pero Francesc les traduce y ellos pillan el resto por los gestos.
Al fondo la mesa se oyen las risas de Amaya y Rosa. Y los desvaríos de José Luis protestado por el precio de la comida. Siempre alguien da la nota.
Marta y Kike se han quedado en el albergue del centro, porque Marta se va mañana y la estación le pilla mas cerca. Kike esta muy unido a ella. Quedan para cuando él llegue a Santiago
Los demás siguen algún día mas, pero solo algunos siguen hasta el final. De este grupo, solo Mónica y Francesc, además de Kike.
A pesar de los cansados que estamos, visitamos la catedral. Menudo cambio ha pegado desde que la vi hace unos años. Esta muy limpia y bonita. Es tan impresionante que abruma un poco. A veces un sitio más sencillo como San Juan de Ortega te impacta mas por el sitio donde está, o el significado que tiene.
Volvemos hacia el coche y compramos fruta para la cena. Y ellos, que han ido andando, también compran. Cuando llegamos tenemos 3 melones, 2 kilos de fruta variada y 12 yogures.
Nos sentamos en una mesa del parque para descansar y vemos de nuevo a la Coreana, que según averiguamos se llama algo así como Misha. Quiere hacerse fotos con nosotros, porque sabe que mañana ya no seguimos. Se hace una en grupo con todos, pero con su cámara pide que le hagan una muy de cerca a Mari, Rafa, ella y yo. Dice que es para no olvidar nuestra cara. Esta mujer me ha tocado la fibra cada vez que la hemos visto. No creo que yo la olvide a ella. Según supimos viaja por España porque le gusta nuestra cultura y que como es maestra tiene vacaciones 2 veces al año. Después del Camino, quiere viajar por Sudamérica para Conocer mejor el idioma.
En Burgos hace frío, y decidimos comer la fruta pronto para recogernos.
La cena es muy divertida, porque los melones no valen nada y empiezan a decir que al menos estas fresquitos. Rafa les cuenta lo que me pasa a mí cuando veo a un niño feo pero que no puedo decirle a su madre que lo es. Siempre digo que esta muy mayor y empiezan las risas comparando los melones con los niños feos.
Ya se sabe como es la risa floja, que de cada bobada te ríes mas que de la anterior, pero que después lo cuentas y no se comprende como te has podido reír de eso. Pues eso.
Una vez en las camas, vueltas con la risa. José Luis dice que a la 5 pone el “cucu” y va cama por cama gastado bromas. Lleva mal el tema de que nos obliguen a dormir a las 10 de la noche. Después llegan unos chavalotes alemanes que gastan bromas también, pero son más impertinentes y más pesados. La gente les llama la atención pero ellos aun se crecen más.
Al fin se duermen y descansamos todos.
La siguiente broma es el “cucu”. Vemos como todos se empiezan a levantar y nosotros estamos allí, sin movernos. Hoy nos quedamos.
Nos levantamos los 3 para despedirnos de ellos y como no...tenemos anécdota tan temprano. Resulta que Rosa se ha levantado al aseo a las 4.30 y no se ha acordado que había uno dentro del dormitorio. Ha salido fuera, y como la puerta es de seguridad, no se puede abrir desde fuera. Se ha ido a la ventana junto a la que dormían los del grupo y ha tratado de llamarles para que le abrieran la puerta. Por supuesto nadie la ha oído, pero es que si la llegan a oír y la ven mirando por la ventana con la linterna puesta en la frente, que no se le veía la cara, pegan un salto que no le abren en un mes.
Se ha tenido que quedar en la calle mas de 15 min, que se han ido los franceses y entonces a entrado. Fuera 8 grados.
Eso sí, con ese humor, las risas están aseguradas. Mientras nos lo cuenta casi nos morimos de risa. Al final se marchan con sus mochilas cargadas y veo a Amaya llorar. Nosotros no quedamos un poco desangelados, como que algo nuestro va con ellos.
Ha sido una experiencia increíble. Quizás nunca los volvamos a ver, pero no creo que los olvidemos fácilmente.

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