Etapa 5

Día 27 Julio de 2007 -5ª etapa.
Azqueta – Torres del Río.
Salimos muy temprano, porque como cada día, hay que llegar al punto donde lo dejamos el día anterior. Pero hoy hay emergencia. Me quemé tanto del sol, que tengo las pantorrillas muy mal. Paramos en Estella para ir al centro de Salud y el médico me dice que tengo una reacción alérgica. Me manda una cremita y me da una receta. Y buscar la farmacia de guardia es un poema. Hay que llamar al 112, ellos te dicen qué farmacia está de guardia, te toman el nombre y llaman a la farmacia. Solo si les han avisado te abren. Todo un numerito.
Salir de Estella es un lío, pero al final llegamos a Azqueta. Dejamos el coche, y yo súper tapada hasta los ojos, comenzamos nuestro camino. Hoy también viene Javi con nosotros.
Empezamos con buena marcha aunque yo no voy muy animada, ya que de verme así las piernas, me pongo mala. Vamos rápidos porque aún no hace calor y llegamos a Villamayor de Monjardín. En el camino vemos una curiosa fuente medieval.
Con tanto trajín no hemos tomado ni café y al entrar en este pueblo vemos lo que nos parece un bar, pero no, es el albergue parroquial, que ya ha abierto las puertas. Allí nos recibe un Ángel de la guarda, Sayo, que nos sirve un desayuno de ensueño: pan tierno, pan tostado, galletas, mantequilla, leche, termos con café, mermeladas, etc…
Es todo tan casero y nos lo dan con tanto afecto, que nos recompone todo: el estómago y el ánimo. Sobretodo el mío, que estaba en sus horas más bajas. Me emociono mucho y salgo de allí llorando.
Todos me dice que soy tonta, pero les veo los ojos brillantes a ellos también, oye!!
Hoy también ha venido Javi y es un gran apoyo porque está muy fuerte. Rafa está muy fuerte también y Mari, aunque esta casi tan quemada como yo, va muy animada.
Aquí empieza un largo camino hasta Los Arcos, con 12 Km en medio de rastrojos por un camino sin una sombra ni una fuente.
Los rastrojos atrapan el sol y nos lo devuelven a nosotros en forma de agotamiento. Sólo de vez en cuando, detrás de un montón de alpacas de paja, soltamos las mochilas para descansar y beber algo. El Acuarios nos vuelve a salvar la vida. Menos mal que hoy habíamos salido pronto.
Después de pasar por Los Arcos, que es un pueblo muy bonito, seguimos hasta Sansol.
Al poco de salir, vemos encima de un poste un montón de notitas. A veces no las leemos, pero estas si las hemos leído. Y menuda sorpresa: una es de Julián, Jesús y Karen. No nos lo podemos creer. Rafa la coge para dársela a su dueño. Deseaban buen viaje a todos los peregrinos.
La dureza de la etapa sigue hasta Sansol. Pensábamos quedarnos aquí, pero nos dicen los vecinos que sigamos 1 Km. más, que el siguiente pueblo tiene más servicios. Así llegamos a Torres del Río, pueblo muy bonito y que tiene unos vecinos muy amenos. Nos tomamos un refresco en una tiendecita que también tiene bebida fresca y todo preocupados (que mala cara debíamos llevar) nos avisan que vayamos deprisa al albergue, que se llena enseguida.
Al decirle que llevamos coche de apoyo y que donde podíamos comer, nos indican que en la iglesia hay un porche donde podemos comer y descansar.
Eso sí, hasta la iglesia hay una buena cuesta. ¡AY!!
Al rato llega la HOSPITALERA MAYOR DE ESPAÑA, con la comida, la bebida y el cariñito.
Las niñas, con sus bromas y alegría nos dan energía para recuperarnos. Mañana las echaremos de menos. Empezamos el camino en solitario, sin volver a la casa a descansar, pero es que ya estamos demasiado lejos para salir por la mañana.
Mientras comemos siguen llegando otros peregrinos tan cansados como nosotros, pero que al parecer madrugaron menos. Vienen desencajados, y encima, nos dicen que ya no hay sitio para dormir. Aquí vemos por primera vez a Carlos, un gallego callado y místico. Acabó durmiendo en el porche de la iglesia.
Son las 3 de la tarde y en este porche, mientras Rafa, Javi y Mari dormitan y las niñas juegan a disfrazarse de peregrinas, yo me emociono al recordar este día tan duro.
Mis pantorrillas están llenas de ampollas por las quemaduras.
Nadie dijo que seria fácil……..